18 septiembre 2010

Viaje imposible al cementerio de Parcemasa en autobús







LA OPINION DE MÁLAGA. Miguel Ferrari

Cada sábado espera en la avenida José Calderón a que pase un autobús de la línea 25. Es el día en el que visita la tumba de su esposa en el camposanto de Parcemasa. Sin embargo, este momento de intimidad familiar se ha convertido en todo un calvario para José Díaz Gutiérrez, que viaja en su silla de ruedas en el autobús. Cada vez que pide bajarse en la parada de la línea 25 cerca de Parcemasa, comienza la odisea. Las recientes obras de la hiperronda obligaron a desplazar la parada, que ahora se encuentra en una zona terriza. Eso impide a José Díaz que se pueda bajar, ya que la rampa para discapacitados forma una pendiente más que peligrosa para descender en silla de ruedas y el terreno terrizo hace imposible que circule por allí.
«No hay acera para poner la rampa y algunos conductores me dejan unos metros más adelante, donde hay acera, pero otros me dicen que sólo pueden dejarme en una parada y me llevan hasta el CTM o hasta el Centro, para que coja el autobús de la línea 23», relata José Díaz, que queda a merced de la buena voluntad del conductor para bajarse cerca del cementerio.
No obstante, es un riesgo bajarse junto a Parcemasa, ya que no existe ningún paso de cebra y tiene que dar una vuelta considerable por la rotonda de acceso al camposanto con su silla de ruedas, por donde hay bastante tráfico de coches y camiones.
Llegar al cementerio no es su único problema. La parada del 25 para volver desde Parcemasa hasta Campanillas también está en suelo terrizo y la rampa es impracticable. Por eso se tiene que situar diez metros antes del punto de recogida, en una zona que todavía conserva la acera, para pedir que el autobús lo recoja en una zona donde puede usar la rampa de acceso.
La presidenta de la asociación de vecinos Evolución, de Campanillas, Carmela Fernández, explicó que han solicitado en varias ocasiones que la línea 25 o la circular de Campanillas (la 28) tengan parada en Parcemasa para facilitar a los vecinos de la zona que puedan ir al camposanto. «Escribimos una carta en abril al concejal de Movilidad y todavía estamos esperando una respuesta», aseguró Carmela Fernández, que considera que esto solucionaría el problema y daría un necesario servicio a la barriada.
Por su parte, fuentes de la EMT afirmaron conocer el problema de estas paradas, aunque subrayaron que fue ocasionado por las obras de construcción de la hiperronda «y tenemos las manos atadas. No podemos hacer nada hasta que terminen las obras, que esperamos que sea pronto».
El portavoz de la empresa de autobuses subrayó que los conductores tienen la obligación de recoger y dejar a los usuarios «sólo en las paradas señalizadas» y apuntó que en principio no se deben hacer excepciones, aunque entiende las dificultades del usuario y que haya trabajadores que intenten facilitarle el viaje.

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