05 marzo 2010

A Mariano Díaz Sánchez

EN MEMORIA DE MARIANO DÍAZ SÁNCHEZ
“nuestro Mariano”

Sentía el poeta, en su soledad, que la tarde cenicienta y mustia era el mejor escenario para estar cerca del alma de su amada muerta, Leonor, porque el paisaje gris se fundía con la nostalgia y la tristeza que le provocaban su ausencia prematura. Yo siento hoy que el dolor del gran poeta se asemeja esta anodina tarde de febrero a mi dolor, y al dolor de todos los hombres y mujeres que despiden bajo la lluvia y para siempre otra alma muy querida. Una vez más, la naturaleza se alía con la tristeza que en esta tarde ha traído la muerte, arrebatándonos a un ser querido, y esa lluvia que cae en silencio sobre las tumbas del cementerio de Ardales se me antoja un tímido llanto del cielo, que moja con sus lágrimas la tierra malagueña, a la que él tanto amaba.
Se nos ha muerto Mariano, nuestro Mariano, ese hombre nacido del pueblo, que un día dejó de ser sólo de su familia, para ser un poco de todos. Mariano Díaz Sánchez, un hombre grande, un gran hombre, que se ha ido sin despedirse, tal vez porque su talante positivo, vital, alegre y optimista no era compatible con una despedida definitiva.
Nacido en una época en la que no había posibilidades de desarrollo personal para un niño humilde, nacido para trabajar con sus manos y ser uno más de los miles de seres que pasan por la tierra luchando constantemente por sobrevivir y que llegan a la muerte como un anónimo más. Ese parecía ser su sino, pero él tuvo el valor de cambiarlo. Hay personas que deciden en un momento de sus vidas que no quieren vivir sólo para ellos, que miran a su alrededor y deciden vivir también para los demás y con los demás, y a partir de ese instante nace el creador de una obra que será un legado para generaciones futuras. Y él ha sido uno de esos hombres que han hecho historia pero jamás aparecerán en los libros de texto. Llamaba Unamuno Intrahistoria a la historia de letra pequeña, esa que construyen en silencio los pueblos y sus hombres, los cimientos que permiten que una élite rubrique sobre papel lo que ha sido escrito sobre la tierra con el sudor, la sangre y la valentía de aquellos cuyos nombres sólo pueden leerse grabados sobre las tumbas de los cementerios olvidados, de esos que abundan en Andalucía.
Mariano ha sido uno de esos hombres. Movido por sus ideales de democracia y libertad, fortalecido por el incondicional apoyo de incontables amigos, indignado ante las injusticias que había dejado asentadas una dictadura cruel, como todas, se remangó los puños de la camisa y se puso manos a la obra, con el objetivo utópico de cambiar el mundo en que le había tocado vivir, para que el de sus hijos y los hijos de sus paisanos fuese mejor. Suplió la cultura académica con la cultura vital, y descubrió que el camino de la política podía ayudarle a quitar el barro de los caminos de su barrio, que por las calles de la burocracia podía llegar a convertir en decentes las calles de su barrio, que a través de los flexos de los despachos podía iluminar las calles de su barrio. Buscó la ayuda de sus vecinos, y unidos como una piña, acabaron siendo un ramillete de hombres y mujeres luchadores por una causa común. Les brotó la incontenible fuerza que mana de la sangre de los hombres del pueblo, y la utopía cobró forma y empezó a dejar de serlo. Conquista a conquista, lograron un entorno mejor, y con ello, un mundo mejor para todos los que vinimos detrás.
Y él, hombre valiente y sin complejos, fue la cabeza visible, el representante político que amplió su lucha a otros lugares, el único hombre que he conocido cuyo nombre podría haber aparecido en las papeletas de voto de las elecciones democráticas como el de cualquier partido, porque logró algo que no puede verse, pero que es más importante que toda su obra visible; logró que, para unos hombres y mujeres que habían crecido en el túnel oscuro de una posguerra represora, la política dejara de ser algo abstracto y ajeno al pueblo que se gestaba en los despachos y tenía aspecto de señor trajeado, para convertirla en algo concreto, en personas con rostro y con voz que podían pasear por las calles del pueblo y tomar café con los vecinos, en seres humanos que no olvidaban su humanidad por hacer política; en definitiva, logró despertar la esperanza dormida.
Algunos niños y jóvenes de aquella época observábamos la ardua tarea de construir un mundo mejor para vivir que emprendieron aquellos hombres y mujeres, y aprendimos el valor de la constancia, la amistad sin reservas, la humildad, la sencillez, la honestidad, la valentía y la generosidad de convertir nuestra lucha en la lucha de todos, aunque hoy sean otras nuestras batallas, y sobre todo, el valor de ser fieles a unos principios que lleguen con nosotros hasta el final de nuestros días.
Y Mariano se ha ido sin saber que enseñó tanto sin haber ido casi a la escuela, sin saber que ha dejado un legado de buenas obras y de entrega que es valorado por todos, sea cual sea la condición política, porque por encima de ésta siempre está la condición humana, y en esa, todos somos iguales. Se ha ido sin saber que las generaciones posteriores nunca olvidaremos el esfuerzo que realizaron él y todos los que lo rodearon, fomentando y cimentando las ideas democráticas y el valor de la libertad en una sociedad resacosa de dictadura y ansiosa de nuevos aires.
Más allá de todo esto, que no es poco, se ha ido el fiel y gran amigo de mi padre, que traía alegría a mi casa cuando entraba por las puertas sin llamar, con el permiso que da la confianza y el cariño más sincero, que se colaba hasta la cocina y le pedía a mi madre un vaso de gazpacho fresquito a cualquier hora, porque decía que un vaso de gazpacho andaluz sienta bien siempre, que se sentaba con mi padre para tratar asuntos pendientes, para redactar juntos documentos, para bromear y charlar sobre lo divino y lo humano, sin hora, porque la prisa y él nunca se llevaron bien. Se admiraban y se querían, y lucharon juntos como soldados de una vida en la que había muchas batallas que ganar. Perdieron algunas, ganaron muchas, pero nunca se rindieron, a pesar de los enemigos que salían por el camino, aunque ya se sabe que los enemigos de la bondad se definen a sí mismos.
Esta tarde la tierra andaluza se moja con lágrimas de desconsuelo porque se despide de una alma que cobijará siempre ese cementerio de Ardales, otra alma grande en un cementerio pequeño y humilde de un gran pueblo del sur, otro nombre grabado sobre una tumba anónima para la humanidad. Pero sabemos y sentimos que un trocito de su alma queda también en el corazón de todos los que lo hemos conocido y querido, un poco de la bondad, la tenacidad, la valentía, la simpatía y el cariño que fue sembrando. Ahora nos queda a nosotros recoger la cosecha para que sus frutos no se sequen al sol.
Sus hijas y sus nietos lloran su ausencia, pero deben acompañar su llanto con el orgullo de descender de un gran hombre que si en la muerte ha sido como todos, en la vida no lo fue, y con el consuelo de ver que es llorado por muchos, porque los seres valientes dejan una huella indeleble, una vida eterna que respira en la memoria de los vivos, una vida después de la vida que sólo alcanzan los grandes hombres. Por eso, y porque lo hemos querido tanto, permanecerá en el corazón de todos, para siempre, “nuestro” Mariano.

Seis de la tarde del miércoles 10 de febrero de 2010
Teresa Muñoz Benítez

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hello,
I have developed a new clean web 2.0 wordpress theme.

Has 2 colours silver and blue, has custom header(colour or image).
I am curently working on it, so if you have suggestions let me know.

You can view live demo and download from here www.getbelle.com
If you found bug reports or you have suggestions pm me.
Wish you a happing using.

many thanks to [url=http://www.usainstantpayday.com/]USAInstantPayDay.com[/url] for paying the hosting and developement of the theme

Wakdernardvam