11 octubre 2007

No a la violencia en los centros educativos, solidaridad con el profesorado, no más agresiones

Teresa Santos (Entre Pucheros) Diario Málaga Hoy, 11 de octubre de 2007
RECUERDO aquella tarde como si fuera ayer. He vuelto a ella varias veces en las últimas horas... Finales de curso. Año 2006. Entrega de los premios de reconocimiento al mérito educativo. Detrás de cada uno de los homenajeados mucho esfuerzo personal. Entre ellos, Antonio Escámez, como destacado integrante de la Campanillas Blues Band, una banda de rock dirigida a estudiantes, que ha encontrado en la música un medio estupendo para trasmitir valores a través de letras que abren conciencias.Escamez no sólo es un estupendo batería, es director de instituto, profesor de biología y geología, coordinador de programas pioneros en nuevas tecnologías, y desde el viernes pasado, un docente agredido.Su instituto, el Torre del Prado de Campanillas, fue escenario de la agresión. Un instituto de enseñanza pública que lleva años trabajando a favor de la convivencia, vivió escenas de quiebra, porque no es otra cosa que una quiebra a la convivencia querer resolver los conflictos a mamporros. Que un familiar de un alumno expulsado por agresión a otro, la emprenda con el director del centro como respuesta, nos lleva al origen del problema, la violencia en los centros es sólo el reflejo de lo que está ocurriendo en la calle. Donde no hay valores de convivencia prevalece la ley de la jungla, la del más fuerte, la del más violento.El lunes pasado, Paco Muro, director de comunicación del Consejo General de la Abogacía, lanzaba una reflexión en voz alta sobre la necesidad de despertar las conciencias de la ciudadanía, porque cuando está muy cerca de cumplirse el sesenta aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, el edificio de la igualdad, de la tolerancia y de la convivencia en paz, está aún por construir. Desde luego, no puede construirse sólo desde la escuela, por mucha entrega que le pongan los Antonio Escámez. Los docentes necesitan la ayuda de todos, y desde luego, ante casos como éste, la crítica sobre la capacidad de adoctrinamiento de los profes de educación para la ciudadanía, resulta de lo más frívolo y elitista. Hace años que muchos docentes echan en falta el apoyo de la familia en su labor educadora. ¿Cómo educar en valores desde la escuela, cuando estos no existen en el seno familiar?¿Cómo explicar que las cosas no se arreglan por la fuerza, que la violencia sólo genera más violencia, en núcleos desestructurados donde por faltar falta hasta la dignidad? No estamos hablando del tercer mundo, sino de muchas zonas marginales de Málaga.Bienvenida sea la Caravana de los Derechos Humanos que traerá a nuestra capital en unos días el Consejo General de la Abogacía. No dejen de visitarla. Los Antonio Escamez nos necesitan a todos.

1 comentario:

fenixxx dijo...

tambien tiene culpa el PP DE LA EDUCACION DE NUESTROS HIJOS???