Los vecinos llevan cinco años con la petición mientras se juegan la vida a diario para cruzar la carretera
La barriada del Tarajal, nacida en los años 60 al calor de industrias como la antigua Intelhorce, lleva cinco años reclamando un semáforo en la avenida José Ortega y Gasset, para acabar con una situación insostenible. "Los niños cogen todos los días el autobús Olmedo a las 7 de la mañana para ir al instituto de Campanillas y tienen que cruzar la carretera, que es muy peligrosa", explica Lidia Portillo, vicepresidenta vecinal.
En efecto, camiones de gran tonelaje de los polígonos vecinos pasan a gran velocidad y no hay ni un paso de cebra para llegar a la parada del autobús. En relación con el tráfico, los vecinos lamentan que la barriada tenga una única vía de entrada, la calle Salinas, y como recuerda Martín Bernal, de la asociación de mayores, "el polígono de la Huertecilla tiene salida directa al casco urbano". Una salida, por cierto, que también se convierte en entrada porque muchos vehículos no respetan las señales de tráfico.
Josefa Hurtado, presidenta de la asociación de vecinos explica que los vecinos se sienten "abandonados por el Ayuntamiento" y pone como ejemplo el estado de los jardines: "Pusieron jardineras pero luego el Ayuntamiento no los cuida, los cuidan y riegan los vecinos". Lo mismo ocurre con las calles, explica María Hurtado, una vecina: "Las calles están limpias porque las limpiamos los vecinos". Pilar Ruiz, otra vecina, lamenta que la barriada esté rodeada de polígonos industriales y tres plantas de cemento. "Aunque no hay agua, el aire que respiramos que sea más limpio, por eso una vez por semana podían regar, sobre todo porque en el barrio hay un pozo de agua del que se abastecen todos los camiones". Lidia Portillo recuerda también la polvareda que han tenido que padecer durante las obras del AVE.
Otra preocupación es el arroyo Merino o de `Pocopringue´, "El suelo está lleno de ratas y en verano es horrible con los mosquitos", recuerda Josefa Moreno. Cristóbal Sánchez y Martín Bernal, de la asociación de mayores, piden que se canalice. "Son sólo 70 metros", dicen.A pocos metros del arroyo hay un paso peatonal recién construido bajo las vías del AVE, que sirve de paso hacia la vecina barriada del Chopo.
La presidenta de la asociación de vecinos, Josefa Moreno, pide que el paso tenga aceras altas y una barandilla. "Cuando llueve se pone hasta arriba de agua y se convierte en un desagüe, no en una vía peatonal", cuenta Pilar Ruiz. Los alrededores del arroyo Merino tampoco tienen buen aspecto. Los jardines que acompañan al cauce se encuentran en mal estado y algunos vecinos los han vallado para su uso particular. "Además hay cañas que no han cortado", señala Josefa Moreno. Un vecino explica además que el alumbrado en la zona del parque del Tarajal es "un cachondeo". "Casi todas las noches hay que llamar para que enciendan las farolas, y por la mañana, otra vez llamar para que las apaguen", dice.Otras cuestiones que preocupan: una antena de telefonía móvil instalada en una casa particular de la calle Nemoroso, denunciada en 2001, el mal estado de los jardines de la plaza de Juan José Relosillas, así como un cuadro eléctrico en pésimo estado y de fácil apertura, a pocos metros de donde los vecinos piden ese semáforo que no llega.
Es una vergüenza la situación que soportan a diario los vecinos de las barriadas del Distrito de Campanillas mientras el PP en el Ayuntamiento mira hacia otro lado, sus propios intereses.
1 comentario:
solo olvido del PP,o es general porque solo os acordais para ganar votos,cuando governo PSOE o incluso ahora no haceis nada solo hablar
Publicar un comentario